viernes, 14 de marzo de 2014

Miscelanea

Esa, tu presencia.

Sentí unos ojos poderosos
y era tu mirada fuerte.
Un cabello tan rebelde,
que reta al viento con arrojo.
Esos labios que me hablan
sin siquiera moverse,
Y esa cara tan perfecta,
compuesta de errores y
de triunfos.

Llegabas firme sobre nubes,
flotabas sobre ideas concretas,
Mostrabas siempre tus virtudes
y tus fallas al parejo.
Tu gran cuerpo es un espejo,
donde se refleja el tiempo.
Bien usado y compartido
con lo que tú crees correcto.
Tu andar es largo, con estilo,
usando del día los segundos.
Cada paso es un destino, cada
destino es tu mundo.

Te veo y veo lo tuyo, y me
agrada el conocerte, tu visión
nos hace fuertes y tu sonrisa
ilumina.
Sigue riendo y escribiendo
en cada paso tu gran libro,
quiero ser una nota al margen
y que recuerdes mis respetos.
Aquí dejo en constancia, lo
que alcanzo a ver y siento,
cada vez que tú presencia,
belleza y gracias se cruza
con mi mirada.

Puedo y te veo
quiero y me gusta querer
puedo pero no debo
debo pero no puedo parar
paro y solo es para verte
y luego todo vuelve a comenzar.

Miro que me miras
te veo en una imagen y quiero mas
vacilo pero reafirmo
y puedo o debo, continuar.
Y así mirando y sintiendo
queriendo vacilo mas
quiero pero no puedo
porque puedo pero no debo.
Y no quiero deber sino dar.




Que bonito.

Que bonito ha de ser, ser amigo de un poeta
reflejarse en su espejo para que él refleje
nuestra imagen con sus palabras, para así nosotros
mismos conocernos realmente.

Que bonito ha de ser, ser amigo de un poeta,
y que me enseñe a pescar letras y a moldear con adhesivo
oraciones y poder ponerle nombre a tantas cosas
que veo hoy y no alcanzo a responder.

Que bonito ha de ser, ser amigo de un poeta,
que comparta sus visiones sobre el paso que va dando,
para yo irme fijando, igual, a cada paso, las
palabras que piso, y que al lado voy dejando.

Que bonito ha de ser, ser amigo de las letras,
y llamarlas a placer cuando algo no conozca.
y si no le han puesto nombre a esa cosa que me
encuentre, no tenga dificultad para darle un nombre
afable.

Que bonito ha de ser, ser amigo de los versos,
Aquellos que cuando quiera sacar todo de mi pecho,
Salgan en raudal y bríos, prestos a desembocar en
Sinceridad y pensamiento.

Qué bonito ha de ser, ser amigo de un poeta,
Para que me diga letra a letra, lo que él ha llamado
vida, para que así yo, tome nota día con día y alguna vez
escribir poemas para que adornen mi vía.


¿Inspiración?

Y quise escribir y no pude escribir,
tomé mi guitarra y no salió nada,
preparé mi pincel y no nació algún trazo.
Me sentí mal y me alegré,
me sentí mejor y me afligí.
Luego de pensar olvidé y luego de olvidar
recordé.
Escribí lo que pasé y también lo que sentí.
El Apeiron se presentó al fin, y descubrí
al no encontrar, que de todo se puede crear.



Yo.