Cíclopes
Sin confiarme ciegamente, en
la ceguera de Polifemo,
qué aun con su visión truncada
la fuerza le acompaña.
A sabiendas que los demás
Cíclopes deambulan alrededor,
no gritaré mi nombre hasta
estar en un sitio seguro.
Son aquellos Cíclopes, con su
calma efervescente, con
la tranquilidad titánica los
que me hacen andar a tientas,
en parsimonia ante la pérdida
de armonía,
tan bien ganada en este viaje
qué,
aunque aún no termina ha
comenzado a navegar
en aguas calmas.
Lestrigones
Todos somos Lestrigones, sea
en cada momento
o alguna vez en la vida.
He mirado por encima del
hombro a personas diminutas
a la vez que me he sentido a
los pies de algún gigante.
Hoy, ya he adquirido el tamaño
que me toca, y ahora
me he cuidado de no ser presa
del algún hambriento.
El hambre renace en ciertas
condiciones, aprendido he
a conocerlas y estar
preparado.
He controlado ese apetito al
semejante, e intento no ser
plato de nadie evitando
sazonarme con acciones
infructuosas.
Poseidón
A veces Poseidón está de
espalda, ignorando
mis acciones, son momentos que
aprovecho
desplegando velas, y tomando
posiciones.
A veces Poseidón está de
frente, en franco
ataque sin tregua alguna, su
temperamento
es mío, y las consecuencias me
serán propias
también.
A veces, ya en la calma pienso
en él, y en la
tormenta lo olvido. Es ese
pensamiento
el que me ha hecho hábil para
aprovechar
el tiempo, para aprovechar los
días.
Sea cual sea su naturaleza.
Ítaca
Ítaca más allá del horizonte.
He tomado la ruta panorámica
para llegar a ella,
Ítaca llegará hacia mí el día
que yo ya no pueda llegar
a ella.
Pero en el trascurso, el
camino será el que mejor he tomado,
sea empedrado o enlosado.
Pues el caso es andar.
Tito Rosales.