jueves, 5 de marzo de 2015

Clásico 2.0







Cíclopes

Sin confiarme ciegamente, en la ceguera de Polifemo,

qué aun con su visión truncada la fuerza le acompaña.

A sabiendas que los demás Cíclopes deambulan alrededor,

no gritaré mi nombre hasta estar en un sitio seguro.

Son aquellos Cíclopes, con su calma efervescente, con

la tranquilidad titánica los que me hacen andar a tientas,

en parsimonia ante la pérdida de armonía,

tan bien ganada en este viaje qué,

aunque aún no termina ha comenzado a navegar 

en aguas calmas.



Lestrigones

Todos somos Lestrigones, sea en cada momento

o alguna vez en la vida.

He mirado por encima del hombro a personas diminutas

a la vez que me he sentido a los pies de algún gigante.

Hoy, ya he adquirido el tamaño que me toca, y ahora

me he cuidado de no ser presa del algún hambriento.

El hambre renace en ciertas condiciones, aprendido he

a conocerlas y estar preparado.

He controlado ese apetito al semejante, e intento no ser

plato de nadie evitando sazonarme con acciones

infructuosas.



Poseidón



A veces Poseidón está de espalda, ignorando

mis acciones, son momentos que aprovecho

desplegando velas, y tomando posiciones.

A veces Poseidón está de frente, en franco

ataque sin tregua alguna, su temperamento

es mío, y las consecuencias me serán propias

también.

A veces, ya en la calma pienso en él, y en la

tormenta lo olvido. Es ese pensamiento

el que me ha hecho hábil para aprovechar

el tiempo, para aprovechar los días.

Sea cual sea su naturaleza.



Ítaca

Ítaca más allá del horizonte.

He tomado la ruta panorámica para llegar a ella,

Ítaca llegará hacia mí el día que yo ya no pueda llegar

a ella.

Pero en el trascurso, el camino será el que mejor he tomado,

sea empedrado o enlosado.

Pues el caso es andar.

Tito Rosales.