martes, 20 de diciembre de 2011

Miscelánea de mis extractos.

Nox intempesta

Entre penumbras noctámbulas

entre pasturas de tela, allá ibas,

y en el arrobamiento del vigiliae

en la noche, no temía. Lamia.

Tu espalda. El darme la espalda

no me dolió como en otras ocasiones

al contrario, hacia encaminarme

a ella, la veía reflejar el leve

filtro de luz que me persuadía

a admirarla, palmearla, tenderme

en ella, y saborear mi nox intempesta

a placer. Ahí con vos sin voz,

solo el simple silencio de la

luz tenue, tu cuerpo, la silueta

como una montaña ante la luz

estelar, ¡brillabas! y tu tal vez

soñando con luz, deslumbrada,

y yo con mi sonrisa, con mis manos

sobre ti, un abrazo, mega abrazo,

era yo y tu, un leve movimiento;

por que aun en tu letargo de ensueño

respondías a mi tacto con un sutil

movimiento de placer (pienso yo)

o tal vez era el instinto a lo externo,

pero eso externo era yo, y con esa

conceptualización podía dormir

tranquilo. En paz y contigo.


-* * *


¡Musica maestro, musica!


No soy proxeneta de la música,


ni matizare mis intenciones


para ponerle un código de barras,


No la entregare al postor, ni al


impostor oyente que no comprende,

no pienso cubrirme con sus notas

solo para definir mi ego tortuoso,

sino para trasmitir lo que pudiera

ser mi visión melómana de la vida.

No quiero darte sones vacíos y

palabras rebuscadas, sino dones


de estío y reflujos de mi alma.

Entiéndelo bien, a la sinceridad no

se le abocan piastras ni se le

desdeñan virtudes de ese modo,

La música se tiene que ir, a como

sale, a su modo, llegar al que deba

llegar, con una mueca en su alma,

será como en pronto pago por haber

aprendido a guiar nuestros

propios sentires.


* * *


Es interesante, de cómo cambia de repente

el sentir del viento, el silencio de los gritos,

las pausas del ajetreo. Como repelente, con

la paciencia de un cuentagotas se va arrinconando

el gazapo (tómese como error gramatical, o como

la inocencia de conejillo) Si. El acomodo mediático

ese que siempre ha de llegar, no era un rincón,

bueno, era algo mejor que eso, era rincón cuando

debía ser rincón, era páramo cuando debíamos

ser enamorados, y era panteón cuando me sentía

un dios, pero de esos dioses callados, de esos que

no se confabulan ni se entrometen, de esos que

son silencio y sudor, caricias y susurros, si, lo era

cuando debía serlo, lo fui, y no hay tiempo para

arrepentimientos por que aun seguimos en la ruta.

Pero, sigue siendo interesante, afortunadamente,

para bien o para mal, sigue siendo interesante.

Interés de antes.


* * *


Yo te conozco y te he sentido, más que en palabras

mas en motivos, ya a pesar de todo, ya a pesar de nada

aquí estas dentro, puede que en un rincón, o en todo el

esplendor escarlata de mi pecho, pero ahí estas, y no

hay necesidad de moverte, me dicen y me dirán que si

eso es todo lo que veo en ti, ¿habrá más necesidad?

si en vista de rayos equis modulados a nuestra amistad

he visto lo que debo mirar, no hay mas necesidad de querer

explorar eso que te toco mostrar, muy a tu pesar, y tal vez

muy al mío, veo veo que vez, pues lo que todos no pueden

ver: la fragilidad de la piedra, donde todos quieren encontrar


el hueco o la fisura que la haga derrumbar

* * *


Mírate, el espejo si miente,

uno mismo se dice la verdad,

¿Confiar en un montón de arena arrejuntada?

vaya conflicto, si en palabras bonitas

y genuflexiones genuinas se nos han engañado.

Así que mejor, saldríamos a caminar,

o a reírnos de una nube en forma de otra nube más grande

como queriéndola imitar, o a reírnos de nosotros

que nos queremos imitar porque tal vez

somos parecidos y eso sería como el doble

exponencial de uno mismo. Si, ese mismo, al que el espejo

le miente y que ni las caminatas, ni las nubes copycats

lograran engañar, ya no mas amiga,

porque la perspicacia para descubrir los engaños

hace mucho tiempo que dejo de sorprendernos,

el encontrar las falsedades ya no nos horrorizan,

o al menos nos han hecho buenos actores dramáticos

al fingir horrorizados sus mentiras, así que, no finjas

que te gustara este escrito, lo sabré si nos mentimos.



* * *


Mis sentidos…muy sentido.

¿Donde estas cuando no te necesito?

¿Cuando te necesito si aquí estas?

Te vi llegar, tal vez perdida…pero ahí estabas.

Entraste con una brisa en conjunto.

fue un marco afable donde confirme de nuevo

la existencia de algún sentido, de los cinco

que solía tener.

Te olí, gracias al viento nocturno, de ahí mí

arrobamiento. Luego, aquí moraste, por un

tiempo, que fue largo y corto. Largo para

acercarme a ti, y corto para tenerte.

Aun así los sentidos se fueron presentando,

mi vista en deleite te preservo, de arriba abajo.

Mis oídos estaban atentos hasta en el respirar,

en esa tu voz, (no de ángel, jamás he escuchado

a alguno) sino reconfortante, suave, entre

susurros, cobijados por una penumbra respetuosa

y una temperatura mejor. Así, después de un rato

llego el tacto, ahí si, pequeño me pareció tu cuerpo,

que recorrí con respeto mil y una vez, ¿todo para mi?

pero los dos gozábamos, mis manos fueron pequeñas,

solo muñones a comparación con ese físico, que ahí

mismo se hizo etéreo. Así fue, así sentí, mis sentidos.

Luego, después de un par de suspiros, te vi partir. Ahora tal vez

un poco encontrada contigo misma.


Todos mios y de ustedes.

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